Hoy me siento generosa y os voy ha regalar otro trozo de capitulo ya que la tercera parte del ultimo fue muy corta. Disfrutadlo.
Ya estamos en el sexto día de campamento y siento que las cosas están cambiando demasiado. Hace ya un par de días que no hablo con Luca ya que no quiero que me explique lo que paso hace unos días Seria muy incomodo. Ademas Christian ha cambiado su actitud hacia mi. Habla mas conmigo y lo siento mas cercano.
Apenas eran las seis de la mañana cuando me desperté y entonces tuve una idea. Quizá el estuviera allí en la roca, como el otro día Me ate las botas y sale casi corriendo hacia la orilla del rió y efectivamente allí estaba. Me acerque silenciosamente.
- Buenos días - dije tímidamente. El me miro. Sus ojos verdes me mataban.
- Hola! Ven siéntate aquí conmigo que tengo que decirte algo.
Me senté a su lado esperando a que me dijera algo. Pero no decía nada y me estaba empezando a poner nerviosa. Entonces se giro, me cogió la barbilla, me miro a los ojos y me beso. Después me miro y sonrió.
- No sabia como explicarlo con palabras y necesitaba decírtelo.
Nos volvimos a besar. No me lo podía creer estaba en una nube. Llegamos de la mano sobre las ocho y me acompaño hasta mi tienda. Cuando nadie miraba me dio el ultimo beso mordiéndome el labio suavemente y diciéndome al oído:
- Nos vemos luego princesa.
Sentí que me derretía por dentro y me fui a despertar a Luca.
- Buenos días - le dije al oído.
Mientras abría los ojos me sonrió.
- Buenos días guapa. ¿Donde estabas?
- ¿A que no adivinas que acaba de pasar?
Se lo conté todo y me pareció ver un destello de tristeza en sus ojos , pero enseguida volvió a sonreír y me dio un abrazo.
- Me alegro por ti pequeña.
Cuando terminamos de desayunar yo me fui a poner la camiseta de grupo para el acto comunitario. Estaba en sujetador buscando mi camiseta por la tienda cuando note unas manos frías cogiéndome por la cintura. Al principio pensé que era Luca, pero cambie de idea cuando empezó a besarme el cuello. Me estremecí y me gire para encontrarme con sus verdes ojos y me beso apasionadamente. Cerro la tienda y nos tumbamos mientras me besaba. Sentía sus manos recorriendo mi cuerpo. Después se quito la camiseta. Me deje llevar. Cuando fue a desabrocharme el sujetador escuchamos como abrían la puerta de la tienda y nos encontramos con los dos mejores amigos de Christian mirándonos Nunca había pasado tanta vergüenza en mi vida.
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